Conectar sin renunciar

Navegar en redes sociales cuando estás vulnerable es complejo, pero recuerdo que tenía en mente un pensamiento muy claro: conectar. Así que busqué aquellas corrientes espirituales que conectaran más conmigo. 

Soy una persona sensible, y no quería alejarme del sentido de pertenencia que te proporciona lo espiritual. Elegí tres; entre las cosas que me llamaron la atención al principio, estuvieron el tapping, la meditación, la reprogramación, y otras que se hicieron más fuertes en mí, como la astrología y la numerología. Sin embargo, nada me resonó tanto como los creadores que hablaban tanto de desarrollo personal como de esoterismo. 

Cuando yo me separé de mi pareja, no tenía la economía para acceder a una terapia. Mucha gente no se da cuenta de que a veces buscar ayuda no es solo cuestión de voluntad, y en este camino del descubrimiento interno, aunque suene cliché o absurdo, si no tienes los recursos buscas la manera. En mi caso particular, tanto el esoterismo como el desarrollo personal aparecieron para encender una luz de esperanza cuando yo creía que no las había. 

Estas herramientas me dieron un propósito. Aprendí y acepté que cuando no tenemos otras opciones, debemos buscar en uno u otro lado; yo entré en grupos de Facebook, busqué PDFs y oí, según mis posibilidades, un montón de audiolibros. Mi racha era tan mala que no podía comprarme ninguno de estos recursos sin acceder a esos espacios en los que había más gente buscando lo mismo que yo. 

Tenía muy claro lo que quería: estaba decidida a no caer de nuevo en ese tipo de relación. Incluso recuerdo haberme sentido, tras los primeros meses después de terminar, completamente renovada; como si hubiera vuelto a ser yo misma. Las personas me abordaban en la calle y me decían que el divorcio me había caído de maravilla. 

Y es que oír esto de otras personas se sentía como un pequeño-gran triunfo. Después de haber estado meses sin tener interés en nada, conseguir mejorarme y darle un cambio a mi vida, fue una total revelación.

Estuve tan deprimida que oír música triste me provocaba un efecto terrible. Era en las épocas en las que se estaba transmitiendo Euphoria, y yo no podía ver un solo capítulo completo sin después quedarme tirada en la cama. 

Vi a muchos creadores decir que no recomendaban oír música triste o ver contenido, en general, deprimente, pero a mí me molestaba eso. Me hacía mucho ruido mental no poder controlar las cosas que me afectaban externamente. Tuve taquicardias y pánico, mis niveles de ansiedad estuvieron al máximo y ni qué decir de mi estado de ánimo constante. 

Además, todo esto se aúna a tu estabilidad económica y tiene diez veces más impacto. Pero lo discutiremos en la próxima entrada. <3

Afrodita ✨

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